domingo, 3 de abril de 2011

PROSTITUCIÓN Y PUBLICIDAD: LA EXTRAÑA PAREJA

Artículo publicado en La Opinión de Tenerife el 3 de abril de 2011




Recientemente se ha podido leer en la prensa nacional que el Consejo de Estado ha emitido un informe solicitado por la ex Ministra de Igualdad Bibiana Aido donde se manifiesta que sería necesario aprobar una disposición con rango de ley que permitiera al Ejecutivo prohibir o, al menos, limitar severamente los anuncios de prostitución en los medios de comunicación. Este órgano consultivo del Gobierno no se ciñe a los periódicos sino que también hace referencia a la televisión y a internet. En el texto reconoce por partida doble que la existencia de la prostitución es innegable y que los medios informativos se benefician con el negocio de su difusión. Asimismo, analiza en sus páginas la incompatibilidad de esta medida con el derecho a la libertad de expresión recogido en la Constitución afirmando que,  siempre que la publicidad lesione o ponga en peligro bienes jurídicos protegidos por el ordenamiento, es posible establecer restricciones a su contenido por medio de una ley. En concreto, considera que los anuncios de contactos pueden rebasar los límites de la citada libertad de expresión fijados en la protección de la juventud y de la infancia.

Se parte de que la prostitución es un fenómeno que presenta una especial incidencia en el ámbito femenino, ya que mayoritariamente son mujeres las que se convierten en objeto de consumo, es decir, en mercadería. También se observa que son víctimas de una completa desvalorización que pugna frontalmente con su dignidad como personas y que es incompatible con los bienes y valores jurídicos reconocidos tanto en la Carta Magna como en las demás leyes. Nos hallamos ante un debate muy serio que lleva abierto décadas. Existen en nuestra sociedad defensores y detractores de la legalización del oficio más antiguo del mundo. Los primeros abogan por copiar modelos europeos de integración social, convencidos de que por esa vía las mafias del proxenetismo desaparecerían. Los segundos estamos convencidos de que siempre habría trabajadoras ilegales que se harían con el mercado gracias a la siempre efectiva reducción de tarifas, luego el problema seguiría siendo irresoluble. Hay quienes lo consideran un trabajo como otro cualquiera (¿?) mientras que muchos lo asociamos a un modo específico de esclavitud. Por mucho que sus partidarios me intenten convencer de que es una ocupación necesaria, voluntaria y hasta gratificante, cada vez que observo a este colectivo exhibiéndose a la espera del cliente de turno se me hiela la sangre y me invade una sensación de fracaso ajeno difícil de explicar.

En consecuencia, estoy de acuerdo al cien por cien con que se prohíba la inclusión de estos anuncios -soeces en grado superlativo- en la prensa gráfica generalista. Más de un lector convendrá conmigo en que los textos son para leer en ayunas y las fotos que los acompañan constituyen auténticas odas al mal gusto. Así pues, considero del todo razonable impedir que este tipo de publicidad quede al alcance de un público que, o bien no la desea, o bien no es apto por edad.  Ya de paso, también me gustaría que los poderes públicos controlaran la exhibición de revistas pornográficas que, mezcladas con las golosinas infantiles, adornan en calles y plazas las estanterías preferentes de los tradicionales quioscos. No hablo de prohibirlas sino de recurrir a otras alternativas de exhibición y venta que respeten los derechos de todos. Y, para concluir, tampoco estaría de más insistir en el cumplimiento de la normativa sobre contenidos de la programación televisiva en la franja infantil. Produce escalofríos pensar que los más pequeños estén expuestos a determinadas escombreras audiovisuales de las sobremesas.  No pierdo la esperanza de que tanto las asociaciones de consumidores como el resto de organizaciones en defensa de los ciudadanos alcancen estos propósitos tan imprescindibles para lograr una sociedad mejor para todos.





2 comentarios:

  1. Estimada Miriam,
    Estoy totalmente de acuerdo contigo (perdona que te tutee) sobre que se prohíba la inclusión de este tipo de anuncios. No entiendo de leyes pero espero que llegue a buen fin el informe emitido por el Consejo de Estado.
    Recientemente escribí denunciando este tipo de anuncios a un "colega" tuyo de otro periódico de gran tirada en nuestra provincia... vamos que siempre están presumiendo de ser los más leídos por los lectores canarios, pues bien, el "colega" en cuestión es D. Andrés Chavez, un periodista que creía, no tiene pelos en la lengua, defensor de la ética y la moral, pero que me ha defraudado profundamente... ni siquiera se melestó en contestarme. Denuncié que en el periódico dónde escribe se publican estos anuncios totalmente inmorales, le pedía su opinión, pero el hombre, o estaba muy "liado" o "pasó" completamente de mí, también puede ser que no quería mojarse, lo digo porque tiene su artículo diaro en ese periódico. A fin de cuentas, que me quedé sin saber su opinión,vamos.
    De todos es sabido que cualquier periódico, una vez leído, le damos otros usos, ya sea para limpiar cristales o como "baño" para nuestras mascotas. Yo soy de los que lo usan para las mascotas y, el otro día sin ir mas lejos, uno de mis hijos, de 12 años, trajo a casa a unos compañeros de clase para hacer un trabajo. La cosa fué, que llevó a los amiguitos al patio para enseñarles el perrito cuando, en el suelo y sin darme cuenta por las prisas, había una hoja de periódico boca arriba, precisamente la de "contactos" que los niños vieron, con sus fotos y frases malsonantes, y... bueno te puedes imaginar, con sus "vacilones" y demás... Casi se me cae la cara de vergüenza.
    No tengo nada en contra de este gremio, ni mucho menos, apruebo la libertad de expresión por su puesto, pero de esto a que se publiquen este tipo de anuncion que pueden caer en manos de niños va un trecho. Claro está que este tipo de anuncios le dan al periódico una suculenta entreda de euros pero... ¿dónde está la ética y la moral? ¿No existen?

    Para finalizar Miriam, lo que te comentaba al principio, ojalá que esta disposición se aprobara y se convirtiera en ley.
    Cuenta con mi apoyo.

    Un saludos, atentamente,
    J.Angel Hdez.

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  2. José Ángel:

    También yo te tutearé para agradecer tu amable comentario a mi artículo. Como imaginarás, no puedo estar más de acuerdo contigo, entre otras cosas porque también tengo hijos y comprendo esa mezcla de sentimientos que van del coraje a la decepción ante determinadas realidades sociales. Confío en que esta ley vea la luz más pronto que tarde, precisamente porque somos muchos los que creemos que la moral y la ética existen. Sin embargo,desgraciadamente hay otras personas que las tienen aparcadas junto a su incoherencia. Hoy en día es bastante habitual pensar una cosa, decir otra y hacer la contraria. Así nos va.

    Un cordial saludo
    MYRIAM

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