viernes, 26 de octubre de 2012

DE ARISTÓTELES A MARTHA NUSSBAUM





Este viernes 26 de octubre tiene lugar en el Teatro Campoamor de Oviedo la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias 2012.


En la presente edición el galardón correspondiente a la categoría de Ciencias Sociales ha recaído en la filósofa norteamericana Martha Nussbaum. Esta profesora de la Universidad de Chicago es conocida sobre todo por sus ensayos sobre la filosofía antigua y el estudio de las emociones pero la faceta que a mí me resulta más atrayente es la que le alza como defensora a ultranza de la educación y las letras como baluartes de la existencia.

En unos momentos en los que el ejercicio de la política está a años luz de la ejemplaridad y los ciudadanos se debaten entre la pasividad y la protesta callejera, Nussbaum afirma con rotundidad que el ingrediente más importante para la salud de la democracia es una educación ciudadana impregnada de fuerte contenido humanístico y dirigida a inculcar a niños y adolescentes el pensamiento crítico de Sócrates, a fin de enseñarles a articular un discurso racional con el que debatir y defender sus ideas. Para ello, resulta fundamental que posean un conocimiento profundo de la Historia y que entiendan las claves de la economía global, para alcanzar a ver el mundo desde puntos de vista distintos al suyo propio.

Fomentar el espíritu crítico en edades tempranas, cuando las Humanidades casi han desaparecido del currículo educativo, no es tarea fácil. Por ello, esta reconocida seguidora de la doctrina aristotélica (fue justamente el conocimiento profundo de Aristóteles acerca de la vulnerabilidad humana lo que sedujo a su discípula desde el principio) alerta de la imperiosa necesidad de incluir la herramienta del pensamiento crítico dentro del horario escolar, como el mejor sistema para aprender a argumentar las posturas que toda persona mantiene tanto ideológica como afectivamente.

Como quiera que abundan en dos de los ejes centrales de la filosofía de Martha Nussbaum  - la educación de los adolescentes y el estudio de las emociones-,  quiero citar dos ensayos que han llegado recientemente a las librerías y  cuya lectura acabo de concluir. Se trata de “Ética de urgencia” de Fernando Savater y “Mapa sentimental” de Javier Urra. Ambas obras son absolutamente recomendables –casi terapéuticas- y confirman, como en toda su producción anterior, la extraordinaria valía profesional y personal de sus autores. Un auténtico placer.



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